Quizá es la crónica del absurdo,
el cuerpo con un lenguaje burdo
amar al otro como a sí mismo
gestos, miradas de un abismo
soportando hasta su ser y querer
aquí y, no hay nada para perder,
imagen del mundo que perturbo
y con la mano atada se es surdo
más lo está, por el socialismo
con el silencioso humanismo
que busca con afán ser el poder
tinta y mentira que invita al Ser.
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El dialogo es el caldo, donde se cuece o cocina la vida…