domingo, 4 de marzo de 2012

¿Y Quién muere?

Lentamente vas,
en la prisión de lo habitual
pides posada.

Evitando todo riesgo
analizas la pasión,
sólo desde afuera,
vistiendo lo cierto
cubres la incierta desnudez
del alma.

Las ataduras de la codicia
detienen por principio
ese andar, si el rumbo
de lo imposible,
se apodera de tu brújula.

Cada viaje, para la memoria
es un paseo programado;
cada libro, para la conversa,
una suma de frases.

¿Y los sueños? esas imágenes
que se desvanecen y huyen.

Abstenerse es no morir
en el intento, no confiar
no amar…



y lentamente morir,
sin compromiso.

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El dialogo es el caldo, donde se cuece o cocina la vida…