viernes, 8 de octubre de 2010

Derecho a la mentira

Mentir, tiene su encanto
sus reglas, propias:
imaginación y memoria:
versiones únicas,
realidad alternativa…
horarios precisos,
de actividades inocuas…

estar aquí, y no estar
y no contigo
conmigo y mi
conciencia
con mi moral de
estantería…

la otra realidad
acomodada para
un destinatario
éste.

El miedo,
a herirte, hiriéndome
y que tu corazón
no pueda entender
que estoy con vida,
que oculto deseos
y piensos, que «flirt»
es un ejercicio…
y un riesgo
al que recurro
vanidad o necesidad,

que me permito soñar
o soñarme, aquí o allá,
que te dudo
que no eres todo
o lo más simple
que no quiero que
nadie sepa y juzgue,

o sólo por ello, por ejercitar
el derecho
y protegerme de lo real…


a verme en el espejo
en soledad,
la misma que todos
pero concreta
sútil y diáfana,

mentir porque sí
porque aprendí,
porque quiero
porque pruebo tus reacciones
porque te quiero ver disimular,
mintiendo, mintiéndome
ejerciendo el mismo derecho.

especifico el tiempo y el espacio
sembrando dudas,
dudas, y temores
en
el corazón del otro,
tuyo…