viernes, 30 de enero de 2015

Mujer …las horas

Para escuchar las horas,
de veintidós diecisiete
a veintitrés cuarenta y siete
no tengo amor…

Absorta en las piedras estaba,
mientras el sol callaba
o iba callando…
De diecisiete treinta y tres
a diecinueve veintiuno
y sólo en martes.

El correr de las horas
lleva al jueves
de prisa
va el tiempo,
de veinte treinta y cuatro
hasta que el sueño llega,
si es que llega.

Pero el viernes sí llega
a veces con silencio
otras con ternura,
llega…
con sus horas.

De tal hora a tal otra
paseo la ciudad
con perro
y llega la hora
de cenar o luego de dormir.

A las siete trece, está el café
luego el día
las cosas van y vienen
a sus horas.

mientras pasan, las horas…