miércoles, 2 de mayo de 2012

Cierto, es el tiempo

Tu, ser de verdes ojos
con ajena circunstancia
no hay lugar para enojos
o te das tanta importancia
pero tu; ¿Que te has creído?
más allá de la abundancia
ni la tienes… ni es debido.

Facturando en cada estancia,
aquí el tiempo está, pasa y se queda
deja apenas algo, su fragancia
donde cuenta aún, la última moneda.
Apaga ya este fuego, de arrogancia,
si no hay precio, que cubra ésta almoneda
y para las cenizas no hay instancia
del cuerpo, que la mente enreda.

Olvida la memoria de esa infancia,
la intimidad de ser por los antojos
sabes, el corazón es la inconstancia
que la vida reparte por despojos.