martes, 20 de agosto de 2013

Tiempos violentos…

Son estos tiempos, de ficción
como perros sin reservas
los buenos muchachos
y los imperdonables
saben amar a sus enemigos
por no rechazar la oferta
de creer en America.

¿Habrá sangre?
Aún en el reino de la luna, amanece
y el amor que despierta por la música,
en algún lugar,
de donde son las cosas salvajes
hallaremos alondras en un hilo
esperando la caída
desde el calor hasta los ladrones.

Antes de atardecer
por la ciudad del pecado
habrá que visitar el club de la pelea
sin olvidar Cuba ni los Zombis
con un desubicado superhéroe
entre los hijos de los hombres.

Donde los mayores no caben
hay una mosca intrusa
que salvaje de corazón
vuela alto
tras las filosas caricias de sus dedos
para el juego de ir llorando.

Sin infancia, que prometa futuro
ante un renegado pintor
el viaje es a la nada
donde un oceano vivo
muestra el espejo
de la nostalgia
y el sacrificio…

Ni las mejores intenciones,
de un ciego cazador
ante la amenaza fantasma
de una nueva esperanza,
ni la mitad del cielo
o los santos inocentes
alcanzaron arrepentimiento.

Después de buscar el tiempo perdido
en el país de las sombras largas
un extranjero que sabe
por quien suenan las campanas
y un desquiciado anota
que el petróleo
es el endoso del infierno.

Sordos a las voces vivas
ciegos a las voces de piedra
seres mudos ante el tiempo
perdidos en el laberinto del día después
sostenemos amores
para los tiempos violentos;
éstos, son sólo tiempos violentos…