jueves, 18 de abril de 2013

Suspiros y palabras


De la piel sale lento el sudor 
cuando el trabajo pesa al calor del día,
guarda silencios oscuros 
que no se dibujan en letras,
el dolor empuja los silencios 
hasta convertirlos en palabras.

El camino espera, es lo que hay en el, no su destino
cada vez es piel virgen que enmudece al tacto, 
hay ese camino, llega hasta el final del aire, 
que se va al andarlo.

Mientras papel picado y metálico 
que juegan con la luz,
la vida hace fiesta en la calle gris
y las sombras se abstienen de alimento,
 adelgazan en espera del silencio diario 
que pretende, sin ser.

Simple y honesto es el color,
trapos al sol,
que pesa en cada espalda 
como en cada casa, 
al día en su presencia
nos deja la noche en ausencia.

Las ciudades perdidas
de las personas no encontradas
dónde y de quién
hablan
 los encontrados
 de las cadenas de oro
 con incrustación y encierro.

Mirar en calma el vacío adentro,
simplifica la vida,
mientras en la mente no llega paz.

Soy sólo un trozo de carne
que antes de podrirse intenta
algo así como sublimar
el espíritu que la experimenta
mientras el aire regresa
sólo se posee la verdad de la vida.

Si los viejos suspiros merecen reverencia alguna,
alzaré una guirnalda con la muerte,
el espacio que ocupo será intruso
de silencios oscuros
pero ajenos
si los suspiros admiten ser comunes
sin olvidar que un perro tiene primero colmillos y luego ojos;
que aún hay quien tiene sed de reverencia.

Los que tienen atado el timón de la justicia
en la plegaria del tiempo,
reciban la tortura mayor
cuando reservan sus recursos
a la compra de almas,
niños con la inocencia en oferta,
siendo lo que es su hacer.

De la piel que desea el sol
mas que las prendas
de las prendas que son garantía,
de un pudor prestado,
del pudor que se rompe
en los suspiros del alma;
están hechos los silencios
y son ellos los que empujan
cada palabra…