lunes, 13 de diciembre de 2010

María y las siete vidas, una elegía felina (trascripción: 1ª de 3)

I
La primera vida,
era una vida antigua
llena de todo,
con inocencia
que se volvía aire
y el aire era puro;
esa que daba la espalda a la guerra
y no conocía el amor.
Era una promesa
para una esperanza
y la locura
no la conocía,
llego el día
que tuvo que hablar
y su sonido fue tan claro
que hasta el último aire exhaló.

II
De un extraño sonido
que por un pequeño momento
estremeció al mar,
nació la segunda vida,
se convirtió en semilla,
una vida de agua
que iba creando cosas
y todas las cosas
eran en el agua,
porque el sonido,
la música oculta,
ahí no era extraña,
se diseminaba en todo
y, el mar era
todo sonido
y todo canto.
Había paz,
la luna miraba
y hablaba
y, el mar cantaba.
El canto que del mar
llego a la luna,
conoció el aire
y también,
la inocencia del aire.

III
Así fue
del canto del mar
y la inocencia del aire,
nació la tercera vida.
Y todo cambio
porque en ella
hubo luz,
la luna empezó a girar
al rededor de esa vida,
perseguida de cerca
por la luz
y el mar
por momentos
dejo de ser azul
o blanco ante el frío;
apareció el color
y con él las flores,
entonces todo giraba,
un baile metafórico,
la luna veía las flores
y el mar…
y se detuvo.
Hubo silencio.

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