lunes, 11 de mayo de 2015

Poema por encargo, para un planeta extraviado.

Para A.
La respuesta flota en el viento…


Lo que está vivo,
modifica a voluntad
la distancia entre los cuerpos
y el sistema de gravedad,
se polariza o se transforma…

Atrapados
como las lunas de Júpiter
en silenciosa danza,
bailan abandonados
los muertos
de las noches largas,
perversas y fatales.

No se puede volver atrás
donde los suspiros
apagaron faroles,
donde las cartas
se extraviaron
sin saber a donde llegar.
Y Mercurio, Mercurio
siempre pierde su orbita.

El llanto de la decepción
es el propio llanto,
y antes de perder la razón
se destroza el corazón;
Venus no esta sola
pero así lo siente…

Los cometas
recorren las calles del mañana
con historias de hielo,
que se funde y no regresa;
su atractiva belleza
escapa a la distancia.

Siempre puedes perderte,
escapar al espacio sin final,
las personas peculiares
no caben en esos lugares,
de normas regulares.
Y la vida da igual
cuando se no espera
ni la muerte.

Tu vanidad azul,
como esas nubes
de los atardeceres
en la luna de Neptuno,
me pide palabras
y versos…
para medir
un espacio-tiempo
que está perdido,
entre el siempre
y jamás…

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El dialogo es el caldo, donde se cuece o cocina la vida…