domingo, 9 de septiembre de 2012

Alguien…

Dirán que viviste en los tiempos de Ulises, 
de Hector, el domador de caballos, de Aquiles y,
quizá de Helena y de Troya…


Quizá Helena.
Se llamaba Helena,
si, así se llamaba, Helena,
y… por ella ardió Troya.

Bueno, eso dice la historia,
que lo importante era, Helena,
lo del control del estrecho,
el comercio y los tesoros,
no se menciona tanto,
pero si «Helena», de Troya,
que por cierto no nació ahí,
pero llego por propia voluntad
o por vanidad, no queda claro,
de hecho nada queda claro;
nunca, queda nada claro.

De Troya un pedazo de muro
algunas maderas, el mito;
de Helena… ¿Qué queda?
Ah, olvidaba, que la palabra,
Helena, quere decir «la luz»
¿Quedará la luz  …del instinto?

Uy querida Helena,
que te fuiste a Troya
y Troya se quemo
con fuego de madera
ese mismo fuego después
quemo Roma, Londres
y Chicago —Incendios.

Ay querida Helena
que te fuiste a Troya
y desde su muralla
cuando estaba en pie
viste morir a Hector
«el domador de caballos»
y a tus pies calló… 
y cayó Aquiles
«¿qué dá consuelo en el dolor?»

Oh, un poderoso rey
en medio de un juego
de vanidades y orgullos
dicen que por Helena,
fue y quemo Troya
con la astucia de Ulises
y fuego de madera,
también dicen que,
corrió sangre por la arena
como en Roma y su coliseo
como en Londres y París
con los Hugonotes,
como en la huelga de Chicago
—Levi Strauss, no sólo son
pantalones, de obrero,
es sangre y cuerpo que latió.
—Pero esa es otra historia,
de otro héroe,
ningún semidiós renegado
de su celestial esencia;
mencioné París pero no a Paris,
el arquero que por error
hallo el talón de Aquiles
y dicen que secuestró a Helena.

Alguien, tal vez Helena
cayo en la arena
y su sangre llego a la espuma
como espermas que caen al agua
los preñaron de pasión el mar
y el aire.

Alguien, tal vez Helena
se fue a Troya queriendo
sin saberlo hacer historia
por el templo de Apolo
y las naves hechas de haya
y encino, naves que fueron
astucia, caballo e incendio.

Ay, Helena, que te fuiste
a Troya, sin carta ni nota
¿Viste llegar la muerte?
tejiste un mito y sus mentiras
con hilo de tus feromonas,
a punto y nudo…

Uy, querida Helena
te cuento una historia:

«un beso es sólo un beso
y un sueño es sólo un sueño,
el tiempo pasa… a traves
de los años»

Mientras Ulises intentaba
vencer el silencio cerrado
que cantan las sirenas
el tiempo pasaba sin besos
y sin sudores en la piel
domada.






















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