lunes, 19 de marzo de 2012

Un orgullo… vivir.


Dolor que embiste y retiene
que siento que me asuela
con sus afiladas uñas
me arrastra, me derriba,
y rompiendo las olas
grito que soy débil.

En medio del temporal
el mar crespado, es el absoluto,
a él, entregará toda su fuerza
el ánimo sobrecogido,
ante la grandeza,
esa es la adversidad: el abismo;

Me crece entonces dentro
un orgullo sin mesura
ante la muerte,
soy una fibra de arcilla divina
o de demonio que cruza
sin temblar sus infiernos.

Olvida el mar indómito,
monstruo insondable
concentra tu ser
en cada ola que se acerca,
¡en su zarpazo!
y todo esfuerzo es esquivarla.

Así, atender sobre él,
una victoria singular, única,
…llegará el momento,
en que se calme.

Volverás a navegar
por los mares del sur…
sin temor, ni confianza,
con la fuerza de la soledad,
y el vicio del abandono
entre la luz …y la libertad.

















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