martes, 25 de junio de 2013

Un día, su madrugada…

Para Lo…

La luna madrugo ya casi llena
desbordada está su sonrisa plena,
los sueños que son sólo eso
y se alimentan de cielo espeso
corre el día, con su madrugada
para acabar en la serena espera
de una luna, que va a su paso
y acompaña a mi piel en otra espera…
Dibujada así, sin trazo.

De sueños, cotidianos con leña y cazo,
por besos y sudores, el alma desespera
tal como el día, con su madrugada
a la que sin… destino, está atada.

Un cadáver resucita, hay una hada
un jitomate se hace sopa
con oporto se mezclan las palabras
se cita el silencio, hasta que topa;
pues llenamos la vida, en sí atareada
que estamos como cabras… y nos toca
y nadie sabe a bien si necesita lo que ocupa
despertar sin tantas sobras, no remonta
tal como el día a su madrugada.

¿Acaso el cuerpo puede quedarse quieto?
La casualidad niega palabras y es verbo,
de materia no inerte es ese dueto
donde poder, mover, tocar y estar es garbo,
no quedarse, hasta el tiempo de este cuento
lo imposible de estar: estarse quieto
tal como un día sin madrugada.


Una Tarde de silencios y cuestiones,
una dama de silencios en la cama.
¿Qué callada luna sale esta semana?
que leves son las horas tan calladas
cuando se cocinan silencios y alusiones
pasa el tiempo lento, atenido a esta sábana
así anuncian las Hadas su llegada…
tal como el día su madrugada.

Se ligan cuerdas y sonidos
con días de lágrimas y quejidos
pan, vino y queso son comidos.
Como amantes a sus besos requeridos
fiel a una confianza, me he vivido
que «algo» aquí dice …habrá nacido
tal como el día de su madrugada.

Mientras una luna llena
se esconde tras la lluvia
viento a favor, que va sin pena
la verdad se asoma como plena
espesa blanca densa es esta bruma,
esconde libertad y nada abruma,
no teme, ni recoge gavia alguna
tal como el día de su madrugada.

Entre tormentas sin anuncio
el cuerpo es propio pa'la entrega
así está siempre, en pie de guerra
que soporta tormentas sin cansancio
en espera del tiempo pa'la siega
donde sólo un lamento de cigarra
escucha lo profundo del silencio
tal como el día en su madrugada.

Un verano no quiere ser otoño
pues teme la fría espera de su invierno.
Para que no se asome algún retoño
tan escrito y descrito está el infierno,
como un regalo sin tarjeta o moño
pasa en silencio el tiempo sin retorno
el camino sigue y deja marcas, sin remedio…

tal como un día, su madrugada.

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El dialogo es el caldo, donde se cuece o cocina la vida…