martes, 4 de septiembre de 2012

Despertar

          No es posible despertar a quien pretende dormir,
y no quiere estar despierto.
          Hay un sueño inexistente que no se puede describir,
sin saber si se está vivo o muerto.
          Aquí que pasan los días en el anhelo de vivir,
sé que siguiendo un faro, se llegará a un puerto.
          Porque para estar vivo no basta respirar, hay que ir,
con las manos abiertas, a cosechar el huerto.
          El camino es largo y vacío en la consciencia de seguir,
tras los pies atravesando éste desierto.
          Son tantas las cosas que se pretenden asir,
mientras hay un rumbo incierto.
          Y termina el tiempo para andar, aún sin aludir,
que hay algo cierto.

Un encuentro,
         ¿Quién pretende dormir?                                                               —que no está muerto…     




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